Cannabis Medicinal en Puerto Rico: 8 Años Después, ¿Qué hemos Logrado
En 2017, Puerto Rico legalizó el uso medicinal del cannabis con la aprobación de la Ley 42-2017. Desde entonces, miles de personas han encontrado en esta planta una alternativa para tratar condiciones de salud que no siempre responden bien a los medicamentos tradicionales. A punto de cumplirse siete años de su legalización, el cannabis medicinal ha generado conversación, empleo, y también nuevos desafíos.
Una industria millonaria, pero aún en desarrollo
Según el Departamento de Salud, la industria del cannabis medicinal ha generado aproximadamente $716 millones, mientras que un estudio de la Asociación de Miembros de la Industria de Cannabis Medicinal (MICaM) estima que ha creado cerca de 5,000 empleos directos e indirectos. Aunque muchos celebran estos logros, otros cuestionan si el impacto fiscal ha sido suficiente para justificar la magnitud de la inversión y regulación.
Las condiciones más tratadas con cannabis
Desde su implementación, el cannabis medicinal se ha convertido en una herramienta terapéutica clave para miles de pacientes en Puerto Rico. Según los datos más recientes del Departamento de Salud, estas son las 15 condiciones principales tratadas con cannabis:
Estas cifras reflejan una tendencia clara: el cannabis medicinal en Puerto Rico se usa mayormente para trastornos del sueño, salud mental y dolor crónico.
¿Crecimiento o saturación?
A pesar del crecimiento inicial, hay señales de que la industria se enfrenta a un punto crítico. En 2023, la Junta Reglamentadora de Cannabis Medicinal (JRCM) otorgó 498 licencias para actividades relacionadas con el cannabis. Sin embargo, los números de pacientes han bajado. En enero de 2024, se registraron 114,818 pacientes activos, 4,062 menos que en julio del año anterior.
Esto significa que hay más dispensarios que nunca, pero menos pacientes, lo que ha generado preocupaciones sobre la saturación del mercado. Un análisis de Platea reveló que en promedio, cada dispensario atiende a solo 335 pacientes, lo que hace difícil sostener operaciones estables sin pérdidas.
Menos médicos, menos acceso
El acceso al cannabis medicinal también se ha visto afectado por la disminución de médicos autorizados. En el último año, el número de profesionales certificados para recomendar cannabis cayó de 208 a 176. La mayoría son médicos generalistas, y el Colegio de Médicos Cirujanos ha confirmado que actualmente no ofrece educación continua sobre el tema ni ha recibido iniciativas oficiales del gobierno para fortalecer la formación médica en cannabis.
Estancamiento en la legislación
Mientras tanto, los intentos legislativos por despenalizar el uso recreativo del cannabis o reducir las consecuencias legales por posesión simple no han tenido éxito. En noviembre de 2024, la Cámara de Representantes rechazó un proyecto que habría eliminado la penalización por la posesión de hasta cinco gramos de cannabis para uso personal. Una medida similar también fracasó en 2022.
El camino por recorrer
Aunque el cannabis medicinal ha transformado la vida de muchos pacientes y ha impulsado una nueva economía en la isla, el futuro de la industria depende de una regulación más efectiva, planificación basada en datos reales y respaldo institucional.
Es clave mejorar la educación médica, garantizar la sostenibilidad de los dispensarios y fomentar investigaciones locales sobre su efectividad. Solo así se podrá mantener el equilibrio entre el bienestar de los pacientes y el desarrollo económico.


